Artigo enviado pela Embaixada da República Popular Democrática da Coreia no Brasil.
En los encarnizados días de guerra, el Presidente Kim Il Sung visitó más de un millar de unidades recorriendo un trayecto de más de 51 mil 200 ries (10 ries equivalen a 4 kilómetros).
Compartiendo las buenas y las malas con los oficiales y soldados del Ejército Popular de Corea y los habitantes, condujo a la victoria la Guerra de Liberación de la Patria con su extraordinaria perspicacia militar, estrategias y tácticas y gran confianza y amor.
La guerra de 3 años, desatada por el imperio yanqui, fue la confrontación político-militar entre la República Popular Democrática de Corea, que no llevaba entonces ni 2 años de fundación, y Estados Unidos, ufano de su historia de agresión de ciento y decenas de años y de su superioridad numérico-técnica, los mercenarios de 15 países satélites, los títeres surcoreanos y los militaristas japoneses.
El 25 de junio del 1950, los agresores yanquis invadieron de manera sorpresiva a la RPDC.
Ese mismo día, el Presidente Kim Il Sung presentó la orientación estratégica de la primera etapa de guerra de frustrar tajantemente la invasión armada y pasar al contraataque inmediato. Al día siguiente, pronunció su histórico discurso radial llamando a todo el partido, ejército y pueblo a movilizarse en la sagrada batalla para barrer del territorio nacional a los imperialistas norteamericanos y sus lacayos.
La inspección a Seúl, realizada varias veces por él desde el 15 de julio hasta el 14 de agosto del 39 (1950) de la Era Juche, fue la trayectoria histórica que preparó la fase trascendental de la primera etapa de guerra.
A bordo de su modesto carro de campaña, llegó a mediados de julio a la comandancia del frente en Seúl cruzando el inseguro puente ferroviario del río Rimjin y presentó el proyecto estratégico sobre la operación de asedio de Taejon sin recuperarse de las fatigas acumuladas en el viaje.
A finales del mismo mes, volvió a emprender el camino al frente bajo la lluvia de bombas y balas.
Acudió hasta a Suanbo en la primera línea del frente y presentó ahí la orientación operacional de aniquilar a los enemigos, que se encontraban en Masan, Taegu, Yongchon y Phohang, al cruzar rápido el río Rakdong.
En agosto y septiembre, salió a Seúl y enseñó la clave para liberar cuanto antes todo el suelo surcoreano.
Gracias a su incansable y abnegada inspección, el EPC pudo crear el milagro de liberar más de 90% del territorio surcoreano y más de 92% de la población surcoreana en un mes y pico desde el inicio de guerra.
En septiembre del 1950, cambió bruscamente la situación del frente.
Con gran número de efectivos reforzados, los enemigos intentaron la desesperada "ofensiva general" en la línea del río Rakdong y realizaron la operación de desembarco de gran dimensión en la zona de Inchon. Percatándose de modo científico el cambio de las relaciones entre nuestras fuerzas y las enemigas y la situación del frente, el Presidente Kim Il Sung presentó a mediados de septiembre la orientación estratégica de segunda etapa de la guerra de asegurar la retirada temporal estratégica de las unidades principales del EPC retrasando al máximo a los enemigos y de formar el poderoso colectivo de contraataque.
Para superar la situación difícil, el Presidente fijó del 16 al 20 de octubre en el cantón de Okchon del distrito Maengsan (en aquel tiempo) el puesto de mando de la Comandancia Suprema, en que mandó el aseguramiento exitoso de la retirada e ideó el plan operacional de formar el segundo frente con las unidades combinadas del EPC.
Al analizar los preparativos de contraataque del EPC, los puntos débiles de los enemigos y las relaciones entre las fuerzas enemigas y las nuestras, presentó la orientación estratégica de la tercera etapa de la guerra y para llevarla a cabo hizo el camino de orientación sobre más de 310 unidades cuya distancia era más de 12 mil 800 ríes (10 ríes equivalen a 4 km).
Estando del 4 de noviembre al 18 de diciembre en Kosanjin (en aquel tiempo) abrió la fase de cambio de la guerra dirigiendo a la victoria la nueva operación de contraataque.
A finales de noviembre de 1950 el Presidente ordenó a las unidades pasar al decisivo contraataque en toda la extensión del frente.
Fue otra vez el día 28 al barrio Taeyu del distrito Tongchang, en que organizó y dirigió las operaciones para asediar y aniquilar al colectivo principal de los enemigos acantonados en los alrededores del río Chongchon y el lago Jangjin y en la región de Chongjin y Hamhung.
Las unidades combinadas del EPC y las del segundo frente frustraron la "ofensiva general de Navidad" de los enemigos y liberaron toda la región del Norte de Corea.
A mediados de diciembre, el Presidente convocó en el barrio de Yonphung de la ciudad de Kanggye el XXX pleno del Consejo de Ministros y dejó en Hyangha del distrito Janggang las imborrables huellas.
En el histórico informe y el discurso en resumen "La situación actual y las tareas inmediatas" pronunciados en el tercero pleno del Comité Central del PTC efectuado del 21 al 23 indicó las tareas programáticas para mantener la victoria lograda con las propias cuentas en el combate de contraataque, fortalecer el partido y elevar su papel.
Desde enero del 40 (1951) de la Era Juche trasladó la Comandancia Suprema a la comuna Konji (en aquel entonces), donde dirigió, hasta terminar la guerra, las importantes reuniones del partido, el ejército y el Estado en más de 200 ocasiones y condujo al ejército y el pueblo a la victoria visitando sin cesar el frente y la retaguardia.
A mediados de 1951 presentó la orientación estratégica de cuarta etapa de la guerra para tomar firmemente la iniciativa de la contienda y lograr la victoria final.
La trayectoria de más de 31 mil 600 ríes sobre más de 600 lugares de combate, fábricas y campos fue el camino largo que trajo la victoria final de la guerra.
Gracias a la sabia dirección del Presidente, a principios de noviembre de 1951 fue fracasada por completo la "ofensiva otoñal" de los enemigos. En junio de 1952 cuando los imperialistas yanquis trataban de lograr "negociaciones honorables" aumentando en gran escala sus fuerzas armadas detrás de la cortina de las negociaciones de armisticio, el Presidente volvió a dirigir sobre el terreno la provincia de Phyong-an del Norte para incrementar la combatividad del Ejército Popular de Corea y consolidar la retaguardia.
En otoño del mismo año, inspeccionó la comandancia del frente situada en la comuna de Sungap del distrito de Kumgang y la unidad combinada asentada en la comuna de Soksa del mismo distrito aclarando las orientaciones operacionales para frustrar la "ofensiva Kimhwa" de los enemigos usando los métodos de combate al estilo coreano.
En febrero de 1953, realizó sin parar una travesía por el monte Masik de la zona oriental, la cuesta Myongmun de la zona norte y otras montañas cubiertas de nieve para movilizar para la victoria final a los soldados de las unidades en la primera línea del frente y los obreros de las provincias de Jagang y Phyong-an del Sur.
A principios de mayo, acudió personalmente hasta al lugar de negociaciones de armisticio y enseñó ideas y remedios ingeniosos para obtener el acta de capitulación de la parte enemiga. Y dirigió 3 operaciones de fuerte contraataque que favorecerían la victoria decisiva.
El 27 de julio del 42 (1953) de la Era Juche, llegó por fin el momento en que los imperialistas yanquis, que se jactaban de la "supremacía" mundial, se arrodillaron ante el pueblo coreano y firmaron el acta de capitulación.
El Comandante de acero examinó finalmente y firmó el documento del Acuerdo de Armisticio desde el lugar de interés histórico-revolucionario Jonsung.
La victoria fulminante del pueblo coreano en la trienal y encarnizada Guerra de Liberación de la Patria fue gran triunfo de la destacada idea, estrategia y tácticas del Generalísimo Kim Il Sung y de su cálido amor por el pueblo.