quinta-feira, 7 de fevereiro de 2013

Kim Jong Il, Líder do Povo



Se trata  Kim Jong Il, Diregente de la República Popular Democrática de Corea.  De sus calidades la principal fue, diríase, amar al pueblo.

Kim Jong Il consideró que la revolución es, en su objetivo, para el pueblo;
el ferviente apego a este es cuna del patriotismo y la revolución; y la revolución que le realiza la independencia al hombre es, de veras, el máximo amor que lo perfecciona.

Por ser así, practicó la política de virtudes nunca conocida en el mundo.
Puso en vuelo avión para salvar a unos obreros gravemente heridos y cuando se iba a construir una central eléctrica de trascendencia, se interesó más por el alojamiento de los habitantes de la zona que sería anegada que por la presa, haciendo construirles buenas viviendas.

A finales del siglo pasado cuando la ofensiva de Estados Unidos contra Corea para estrangularla llegó al clímax, fomentó más Songun, lo cual fue también para defender el socialismo a favor del pueblo y su seguridad y máximo interés.

Su concepto de la vida fue servir al pueblo y abnegarse para este mismo. La norma y el punto de partida de todos sus pensamientos y prácticas los constituyeron las exigencias e interés del pueblo y hacerlos realidad, la tarea de suma importancia, inalienable en ningun caso.

Para Kim Jong Il la mayor alegría fue ver al pueblo feliz y la penalidad, verlo desdichado.

Por eso no escatimó nada para la felicidad del pueblo.

Hizo cubrir el piso de la Maternidad de Pyongyang con más de 100 toneladas de piedras preciosas y de colores y también el del Restaurante Okryu, centro gastronómico público, con casi tanta cantidad de los mismos materiales.

Con el fin de abastecer a los ciudadanos de mayor cantidad de frutas deliciosas, logró preparar en varios lugares granjas de frutas con plantaciones de cientos de hectáreas o de más de mil, así como piscifactorías de esturiones, truchas y anguilas.

Fue él quien para recuperarle a una mujer con quemadura en la cara la apariencia   original, hizo desembolsar gran cantidad de fondos para enviarlas al extranjero y      someterla al tratamiento.

También en su visita al extranjero siempre pensó en su pueblo.

En las unidades afines con la vida poblacional en donde estaba, se conoció con lujo de detalles de los procesos de producción, la calidad, y el embalaje de los productos y su venta, no dejando de reflexionar para darle lo mejor a sus compatriotas, cuya prueba es la cerveza Taedonggang renombrada no solo en Corea sino también a escala mundial.

Un representante plenipotenciario del presidente ruso que había acompañado a  Kim Jong Il que visitaba a su país escribió en su obra: “El Presidente del Comité de Defensa Nacional Kim Jong Il es Dirigente que medita y consagra lo todo solo para la felicidad de sus ciudadanos”, lo cual no fue casual.

La interminable visita de trabajo de Kim Jong Il fue otra muestra de lo fervoroso que fue su amor al pueblo.

El hizo a todo trance cualquier cosa, por muy duro y dificil que sea, si esto fuera   para la felicidad del pueblo.

Cierta vez dijera que tenía tan apego al tren como a su casa y acostarse en la cama cómoda le quitaba sueño.

Su apretado viaje en tren supera de lo que se imagina. Solo el año 2009 cubrió con  el viaje en tren más de 26 000  kilómetros  de  distancia,  realizando la visita  de trabajo a más de 200 unidades, una de las cuales es la Central Hidroeléctrica de  Hichon situada en la zona montañosa septentrional.

Escogió el solar de esta e indicó concretas vías para acelerar la construcción,  logrando terminar la obra que requería 10 años en los tres.
Su visita de trabajo estaba impregnada del amor al pueblo.

En aquella visita siempre recorrió por casas de los habitantes, donde se informó de la vida y se fotografió con ellos.

Cuando fue a ver a los que se mudaron a las viviendas nuevas se llevó como costumbre la cerilla, los felicitó y discutió sobre el porvenir de sus descendientes.

Durante su visita de trabajo a las empresas y otras unidades advirtió a sus directivos que hagan más trabajos para el pueblo y si ve mercancías nuevas que tenían buena reputación, se alegró más que nadie y les puso nombres.

Fue demasiado natural que el pueblo coreano lo calificó de su padre y siguió. El amó su pueblo intensamente y con él compartió las alegrías y las penas.

Entregado de lleno a la edificación de un Estado poderoso y próspero y el mejoramiento de la vida poblacional, continuó, sin descanso ni tregua, la marcha forzada realizando super intensos viajes de orientación, hasta que falleció el día 17 de diciembre del año pasado, 2011 en un tren en cumplimiento de su deber, a causa del acumulado agotamiento físico y mental.

El pueblo coreano dispuesta a enaltecer eternamente al gran Dirigente Kim Jong Il y bajo la dirección del máximo Dirigente Kim Jong Un ser fiel a su ideología y causa por los siglos de los siglos.